Espinosa de los Monteros

¡Volver a la política? ¡Menos probable que volar en patinete a la luna!

Espinosa de los Monteros y su conferencia en la UCM: un espectáculo digno de Oscar por los escraches de estudiantes antifascistas.

Iván Espinosa de los Monteros, el exdiputado de Vox, se encontró con una fuerte resistencia durante su intento de dar una conferencia en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. En un clima de tensión, un grupo de estudiantes, caracterizados como radicales de izquierda y con las caras cubiertas, bloquearon el acceso al recinto, lanzando gritos de "fuera fascistas". Este tipo de protestas ha sido una constante en la vida política española reciente, donde el debate se ha vuelto cada vez más polarizado entre diferentes ideologías.

Espinosa, que había sido exportavoz parlamentario de Vox, dejó claro que no se dejaba amedrentar y responsabilizó a lo que él llama 'profesionales violentos' por lo sucedido. La atmósfera se tornó densa, convirtiendo su conferencia en un espectáculo digno de una película de acción, donde sus palabras apenas lograron hacerse oír entre los gritos y el tumulto. Los escraches son una forma de protesta, pero ¿hasta qué punto son efectivos? Muchas veces, se convierten en un intercambio más de descalificaciones que en un diálogo constructivo.

Después del altercado, Espinosa de los Monteros dejó en el aire su posible regreso a la política. Mientras tanto, los estudiantes, quienes clamaban por la defensa de sus principios, mostraron que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para enfrentar a lo que consideran ideologías peligrosas. Sin duda, este episodio ha reabreido el debate sobre la tolerancia y la libertad de expresión en los espacios académicos, donde cada vez más se ven enfrentamientos entre la izquierda y la derecha.

Al final del día, la pregunta persiste: ¿puede un diálogo realmente suceder en un ambiente tan hostil? Quizás, al igual que en una partida de ajedrez entre un maestro y un principiante, el movimiento de cada figura determina el resultado final. Además, es curioso pensar que, mientras algunos se enfrentan en las universidades, otros siguen en casa viendo programas de cocina. La política, al igual que la culinaria, puede ser un tema dulce o salado, dependiendo de quién lo sirva.