Fallece jose Aldaba

¡La voz que unió corazones y encierros se ha apagado!

José Aldaba, la icónica voz de Cruz Roja en los Sanfermines, nos ha dejado a los 58 años. ¡Un homenaje a su legado!

El pasado viernes, 31 de enero, la comunidad navarra se despidió de José Aldaba, conocido como la voz de Cruz Roja Navarra. A sus 58 años, José falleció tras 23 años dedicados a su labor como responsable de Comunicación y Cooperación Internacional de esta estimada organización humanitaria. Su voz resonaba cada mañana durante los encierros de Sanfermin, donde informaba con precisión y compasión sobre el estado de los heridos, convirtiéndose en un referente para medios y ciudadanos.

José se destacó no solo por su profesionalismo, sino también por su calidez humana. Su presencia en cada parte médico y su colaboración en eventos multitudinarios, como las Javieradas, le hicieron merecedor del cariño y respeto de sus compañeros y del público. Cada vez que se acercaba el encierro, la expectación no solo recaía en la fiesta, sino también en lo que José compartía tras el evento. Su labor era fundamental para dar tranquilidad a las familias y asegurar que todo el mundo estuviera al tanto de los sucedidos.

"Un gran compañero, profesional y persona cuya pasión por la comunicación dejó una huella imborrable en nosotros". Estas palabras, que resuenan entre los que le conocieron, retratan la esencia de un hombre cuya voz se convirtió en un símbolo de confianza y seguridad en los momentos más tensos de los Sanfermines. Sin lugar a dudas, su pasión por ayudar a los demás y su compromiso con la vida de las personas marcarán un antes y un después en la historia de Cruz Roja Navarra.

Además de ser la cara visible de la Cruz Roja en Pamplona, José Aldaba también era conocido por su amor a la gastronomía local y su afición por la música tradicional. Siempre recordaremos sus charlas entre las pausas del encierro, donde compartía recetas de pintxos y anécdotas sobre las fiestas locales. La conexión que hizo entre la crítica seriedad de su labor y el ambiente festivo de esa época del año le otorgó una magia única a su presencia. ¡Descansa en paz, José, tu legado vivirá en cada rincón de Navarra!