Benito Lertxundi

¡Adiós a la leyenda! Benito Lertxundi cuelga la guitarra tras 60 años de magia musical.

Benito Lertxundi, el Bardo de Orio, se despide de la música con un último disco que es un homenaje a su maravillosa carrera. ¡No te lo pierdas!

Benito Lertxundi, conocido como el Bardo de Orio, ha sido una de las figuras más emblemáticas de la música y cultura popular vasca durante más de seis décadas. A sus 82 años, ha decidido poner punto y final a su trayectoria musical, anunciando su retirada después de presentar su último disco en directo, titulado "Gernika Zuzenean". Con esta obra, el artista rinde homenaje a sus raíces y se despide de un público que lo ha abrazado con admiración y cariño desde sus inicios.

Durante su carrera, Lertxundi ha sido un pionero en la creación de una rica tradición musical en euskera, con canciones que se han convertido en clásicos imprescindibles a lo largo de los años. Su estilo único y su capacidad para conectar con las emociones del público lo han llevado a ser considerado un verdadero tótem de la cultura vasca. Sin embargo, en su reciente declaración, el cantautor ha confesado que se siente "sin motivación" para seguir realizando conciertos, aunque aún planea fomentar la música a través de otros medios.

Su último concierto tuvo lugar en el frontón de Gernika, un lugar emblemático que acoge más que música, y donde Lertxundi dejó claro el impacto que su carrera ha tenido en las generaciones pasadas y presentes. Este álbum no solo celebra sus éxitos, sino que también representa el cierre de una era para la música en euskera. Gracias a su inconfundible voz y letras cargadas de pasión y autenticidad, la música de Lertxundi continuará resonando en el corazón de su gente.

La historia de Benito Lertxundi no solo es un recorrido musical, sino también un símbolo de resiliencia y amor por la cultura vasca. Desde su inicios en la década de 1960 hasta el presente, sus contribuciones han dejado una impronta indeleble en la cultura del País Vasco. La increíble carrera de este bardo es un ejemplo de cómo la música puede unir a las personas, hacerlas vibrar y recordarles la importancia de sus raíces. Con su retirada, la música vasca perderá a uno de sus más grandes embajadores, pero su legado vivirá por siempre en las notas de sus canciones y en el alma de su pueblo.