¿Sabías que en Jerez existe un museo que alberga 287 relojes históricos? Aquí te contamos cómo se cambian las horas y algunas curiosidades que te dejarán boquiabierto.
En un rincón fascinante de Jerez se encuentra el Palacio del..., un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, pero con un leve giro de manecillas se renueva. Este museo es conocido como el mayor refugio de relojería gruesa, y alberga una impresionante colección de 287 relojes históricos que datan de los siglos XVII al XIX. Cada uno de estos relojes cuenta una historia única y refleja la maestría y la precisión de los artesanos de épocas pasadas.
Cambiar la hora de cada uno de estos relojes no es tarea fácil. Se requiere un meticuloso proceso que abarca tanto el entendimiento de cada pieza como de su funcionamiento interno. A menudo, los relojeros deben ser capaces de discernir las sutilezas del funcionamiento de relojes que han sido testigos de la historia. El proceso incluye limpieza, ajuste y, por supuesto, la sincronización con la hora actual. El cuidado de estos relojes no solo es un acto de responsabilidad, sino también una forma de honrar el arte de la relojería.
Uno de los aspectos más fascinantes del museo es su contexto histórico. Este espacio, que fue expropiado a Ruiz-Mateos, ahora se convierte en un refugio para los entusiastas de la historia de la relojería y la ingeniería. Jerez, un lugar conocido por su vino y flamenco, se enriquece con esta joya que ofrece una perspectiva diferente de su patrimonio cultural. La combinación de arte, historia y ciencia en el Palacio del... crea una experiencia única que no debe perderse.
Así que la próxima vez que necesites saber qué hora es, recuerda que en Jerez, ¡el tiempo está en manos de estos relojes antiguos! Y si deseas hacer un viaje por el tiempo y descubrir los secretos de la relojería, este museo es el lugar ideal para hacerlo.
Interesantemente, el reloj más antiguo del museo es un ejemplar que data de 1650 y ha sobrevivido a guerras y cambios de civilizaciones. Además, muchos de estos relojes no solo marcan la hora, sino que también están adornados con sofisticados autómatas que muestran historias y escenas cotidianas. ¡Un verdadero espectáculo para los ojos!
El mayor museo de relojería gruesa de los siglos XVII al XIX está en Jerez y es público tras expropiarlo a Ruiz-Mateos.