Príncipe Miguel de Grecia

¡Hasta siempre, Miguel! La Reina Sofía y un adiós lleno de historia y emociones.

La Reina Sofía asiste al emotivo funeral del Príncipe Miguel de Grecia, ¡descubre cómo la familia real dio el último adiós!

La Reina Sofía ha viajado hasta Atenas para despedir a su tío, el Príncipe Miguel de Grecia y Dinamarca, en un emotivo funeral que no solo conmemora la vida de un noble, sino también el brío de una familia real llena de historia. A sus 85 años, Miguel, quien había sido una figura entrañable para el linaje heleno y español, dejó un legado que perdurará en la memoria de todos los que lo conocieron. Conmovida, la madre de Don Felipe VI se reunió con la familia real griega para rendir homenaje a su querido tío abuelo en la iglesia de los Santos Teodoro del Primer Cementerio.

La despedida diferencia este evento de la reciente ceremonia de Estado que tuvo lugar en Atenas para Constantino II, el último rey de los Helenos. Mientras la familia real helena lamentaba su pérdida, la Reina Sofía estaba acompañada por su hermana, la Princesa Irene, mostrando así la constancia de los lazos familiares. Aunque Don Felipe VI y Doña Letizia no estuvieron presentes, enviaron una corona de flores como símbolo de respeto y amor hacia el legado del príncipe.

La ceremonia fue, sin lugar a dudas, un momento de unión familiar y reflexión sobre la importancia de la historia familiar para la reina Sofía. A lo largo de los años, España y Grecia han compartido lazos fuertes a través de matrimonios reales, y esta despedida fue un recordatorio de esos vínculos. La reina Sofía no solo llora la partida de su tío, sino también la continuidad de una línea que ha marcado a dos naciones.

Terminada la ceremonia, se pudo sentir el legado que ha dejado el Príncipe Miguel: una vida llena de anécdotas, aventuras y un sinfín de relaciones familiares que han cruzado fronteras. Además, el hecho de que la Reina Sofía haya viajado desde Mallorca demuestra la importancia del deber familiar y el cariño que siente por sus raíces. Sin duda, más que un adiós, este evento es un recordatorio de que la familia, tal como la realeza, siempre continúa viva en la memoria colectiva de sus seres queridos e hijos.