¿Te imaginas celebrar una fiesta en un castillo medieval? Peñíscola lo hace posible con la festividad de Santa Ana y San Joaquín. ¡No te lo pierdas!
Peñíscola, conocida por su impresionante castillo y hermosas playas, se transforma en un centro de alegría y devoción cada año con la celebración de la festividad de Santa Ana y San Joaquín. Este evento tiene lugar en la encantadora ermita de Santa Ana, situada en el casco antiguo de la ciudad, donde locales y visitantes se reúnen para rendir homenaje a estas santas figuras. La misa, que es un ritual sagrado, se celebra en un ambiente lleno de fervor y espiritualidad, convirtiéndose en una experiencia única que reafirma la conexión entre la comunidad y sus tradiciones.
Durante la celebración, la ermita brilla con los colores y olores de las flores que los asistentes llevan consigo, creando un espectáculo visual que parece sacado de un cuento de hadas. La música tradicional llena el aire, mientras se ofrecen platos típicos de la región que deleitan a todos los presentes. ¡Es un verdadero festín tanto para el paladar como para el alma!
Además de la misa, la festividad implica diversas actividades culturales y lúdicas que fomentan la participación de toda la familia. Desde danzas folclóricas hasta juegos infantiles, hay algo para cada edad, asegurando que todos compartan momentos inolvidables. Las calles de Peñíscola se llenan de risas y sonrisas, convirtiendo la ciudad en una fiesta que dura todo el fin de semana.
Si bien la devoción es un aspecto clave de esta celebración, no podemos olvidar el atractivo histórico y arquitectónico de la ermita de Santa Ana, que data de siglos atrás. Esta edificación no solo es un lugar de culto, sino un símbolo de la rica historia de Peñíscola y su gente. Quien asista a la festividad no solo celebra, sino que se convierte en parte de una tradición viviente que ha pasado de generación en generación.
Datos interesantes: Peñíscola fue hogar del papa benedicto XIII y su castillo es uno de los más bellos de España. La ermita de Santa Ana, donde se celebra la misa, ofrece unas vistas espectaculares de la costa, lo que la convierte en un lugar popular no solo para los creyentes, sino también para los turistas que desean disfrutar de la belleza de la ciudad y su rica historia.
Peñíscola celebra la festividad de Santa Ana y San Joaquín en la tradicional misa en la ermita de Santa Ana, ubicada en el casco histórico se la ciudad.